- Él fué algo que no debí querer.
+ Pero, ¿por qué?
- El no creía en la magia. Ni en nosotros dos. No sé enredaba en mi pelo al desayunar ni me empaquetaba sonrisas. Nunca me regaló un te quiero. El no creía en el amor. No lo sentía. Tan solo tiene gafas con forma de corazón. El solo sintió la magia cuando yo agité la mano para decirle adiós ...
+ ¿Y qué me quieres decir con todo eso?
- Que ahora yo también he dejado de creer en la magia.
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